Juego de cartas "Pillut"

Para todas las edades ¡en serio!

Este no es el típico slogan publicitario, nos consta que al Pillut juegan niños de 2 años, parejas de veinte y abuelas de 90. Es tan sencillo de jugar que rápidamente cualquiera puede añadirse a una partida. Además, como crece contigo, lo adaptas a cada momento y a cada persona con la que juegas… ¿Cómo? Te lo contamos enseguida…

Las normas las pones tú

Decimos que Pillut es el juego que crece contigo porqué cuando ya lo dominas, te inventas normas nuevas. Las normas nuevas pueden ser de dinámica de juego o bien relacionadas con cartas. Por eso el juego incluye 10 cartas en blanco que, además de ser los comodines, te sirven para dibujar las cartas especiales. De este modo, el juego tanto puede incorporar normas de l*s más pequeñ*s como de l*s mayores (Carta te toca pasar el aspirador).

Lo que no haga una abuela…

El Pillut se lo inventó la Abuela Maite para poder jugar con sus nietos de 3 y 6 años un fin de semana que no tenían muchos juegos a mano. El juego tenía que ser lo suficientemente sencillo como para que Jan, de 3 años, pudiera jugar y al mismo tiempo lo suficientemente entretenido para que Ada, de 5, no se aburriera. El resultado fue este juego de cartas al que no hemos dejado de jugar desde hace más de tres años.

¿Qué incluye el juego?

• 96 cartas en papel reciclado de 300 gr. impreso con tintas ecológicas a base de disolventes vegetales
• 10 cartas en blanco (comodines) para que inventes tus normas
• Una goma especial para que no pierdas ninguna carta del Pillut y lo puedas llevar siempre encima.

¿Por qué te va a gustar?

• Porque es muy fácil de aprender a jugar, sin complicaciones y ágil.
• Porque es para toda la familia
• Porque te permite crear normas nuevas
• Porque fomenta la creatividad
• Por su diseño

¿Para quién es el Pillut?

Para toda la familia: niñ*s a partir de 3 años, aunque con 2, ya hay muchos que pueden empezar a jugar. Para abuel*s inconformist*s, para niñ*s con mentes inquietas, para madres y padres con ganas de divertirse en familia, incluso también para hermanos gruñones. Además es un juego inclusivo porqué las cartas son más pequeñas que las normales, para que l*s niñ*s  las puedan coger mejor; y las personas con daltonismo pueden jugar, ya que pueden identificar las cartas por las formas en vez de por los colores.